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Casa Shi,en Ciudad de México

Por Redacción

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La combinación entre horizontalidad y verticalidad ha sido una constante en las viviendas unifamiliares de la arquitectura moderna desde que Frank Lloyd Wright o Mies van der Rohe sentaron las bases de este nuevo concepto arquitectónico. La influencia de estos arquitectos se encuentra presente no solo en la dualidad horizontal-vertical sino también en los grandes ventanales, la delicadeza y pureza de las líneas, o su intento de integrarse en la naturaleza. HW Studio ha absorbido buena parte de estos principios para aplicarlos en su último proyecto: la Casa Shi.

La casa parece asentarse suavemente sobre la montaña, y la parte final de la losa flota ligeramente sobre ella, apoyada en pilotes cubiertos por la misma tierra de la excavación.

Sentada en el paisajeCésar Béjar

Verticales y horizontales

El estudio de arquitectura mexicano HW Studio ha diseñado la Casa Shi, una residencia ubicada en la apacible ladera de una colina en Morelia, a las afueras de Ciudad de México. Consta de una superficie de 439 m2, erigiéndose como un testimonio del equilibrio entre lo natural y lo artificial, fusionando la belleza del entorno montañoso con la modernidad de su diseño.

El concepto arquitectónico de la Casa Shi se materializa en dos volúmenes distintivos: uno vertical, revestido de piedra y destinado a la circulación principal, y otro horizontal de menor altura, que alberga los espacios habitables, como dormitorios, baños, cocina y salas de estar. Estratégicamente integrada en una ladera con vistas privilegiadas a un campo de golf y una reserva natural, la residencia busca armonizar con su entorno y establecer un diálogo entre lo orgánico y lo geométrico.

Los grandes ventanales de la vivienda que van del suelo al techo permite una gran visión de todo el entorno.

VentanalesCésar Béjar

Explica el estudio que “el volumen de piedra conecta verticalmente la entrada y los garajes con el resto de la casa, el cual está enclavado dentro de este disruptivo volumen blanco, abstracto e incluso desafiante, que busca un equilibrio visual entre lo natural y lo artificial”. Esta solución tiene cierta influencia de algunas culturas orientales, en las que se cree que “para experimentar intensamente cualquier fenómeno, hay que colocar dos opuestos juntos; esta casa podría ser un ejercicio de encuentro entre estos dos opuestos: la montaña barroca rebosante de vegetación y estos dos volúmenes platónicos”.

Interior bajo suelo

La entrada a la casa se realiza por debajo del nivel del suelo mediante una larga escalera exterior que conduce a la puerta principal. Desde este punto, otra escalera da acceso a la planta principal, donde un amplio vestíbulo separa los diferentes espacios, asegurando una distribución funcional y fluida. Este vestíbulo divide los dormitorios del salón, la cocina así como de otro dormitorio ubicado en el extremo de la vivienda.

Los dormitorios están situados en el corazón de la casa, no tienen ventanas al exterior sino que reciben la iluminación a través de un largo patio.

DormitoriosCésar Béjar

El diseño interior destaca por detalles cuidadosamente pensados, como un muro “ligeramente curvo que pretende suavizar el recorrido, sirviendo también de homenaje a las tres mujeres que componen esta familia”. Por otra parte, el salón y la cocina se integran de manera armoniosa, separados por una pared divisoria que crea un ambiente acogedor y funcional. Grandes ventanales del suelo al texto, y una engawa o veranda perimetral permite que la luz natural inunde los interiores, estableciendo una conexión visual y sensorial con el entorno exterior.

Los tres dormitorios, con sus correspondientes baños y armarios en forma de L, están situados en el corazón de la casa y se mantienen como espacios privados y aislados, sin ventanas al exterior. Su “iluminación necesaria se recibe a través de un largo patio, un punto de encuentro íntimo para la familia, que sólo conecta con el exterior a través del cielo”.

Una engawa o veranda perimetral permite que la luz natural inunde los interiores, estableciendo una conexión visual y sensorial con el entorno exterior.

EngawaCésar Béjar

Integración con el entorno

La fachada de la Casa Shi, revestida de piedra, está diseñada para integrarse con el paisaje montañoso circundante, con la intención de que el paso del tiempo la funda aún más con su entorno. Los pilotes sobre los que se apoya la estructura se han cubierto de tierra, otorgándole una sensación de ligereza y armonía con el entorno.

Con ello, “esta casa parece asentarse suavemente sobre la montaña, y la parte final de la losa flota ligeramente sobre ella, apoyada en pilotes cubiertos por la misma tierra de la excavación, dando la impresión de que este gran elemento blanco simplemente decidió posarse allí” expone el estudio.El pasillo es ligeramente curvado con la pretensión de suavizar el recorrido y también como homenaje a las tres mujeres que componen esta familia.

Pasillo curvoCésar BéjarLa entrada a la casa se realiza por debajo del nivel del suelo mediante una larga escalera exterior que conduce a la puerta principal.

Escaleras de accesoCésar BéjarEn este dibujo/boceto se aprecia el nivel en que la casa está enterrada.

SemienterradaHW Studio