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Hilma af Klint: Éxito en el Museo Guggenheim Bilbao

Por Redacción

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Orígenes y formación

  • Nacimiento: 26 de octubre de 1862, en Solna, Suecia.
  • Fallecimiento: 21 de octubre de 1944, en Djursholm, Suecia.
  • Educación: Se formó en la Real Academia de Bellas Artes de Estocolmo entre 1882 y 1887, donde recibió instrucción clásica en pintura académica. Rápidamente fue reconocida por su habilidad en retratos y paisajes.

Pionera del arte abstracto

  • Entre 1906 y 1908, desarrolló un estilo completamente abstracto, años antes que Kandinsky, Mondrian o Malevich.
  • A pesar de esta innovación, decidió no exponer su obra abstracta en vida, creyendo que el mundo aún no estaba preparado para entenderla. En su testamento pidió que sus obras no fueran mostradas hasta 20 años después de su muerte.

Reconocimiento póstumo

  • Su trabajo fue redescubierto en los años 80, y recibió reconocimiento internacional en exposiciones como la del Museo Guggenheim de Nueva York en 2018, que batió récords de asistencia.

Estructura de la exposición

La exposición en el Guggenheim Bilbao, comisariada por Tracey R. Bashkoff y Lucía Agirre, presentó una panorámica completa de la trayectoria de af Klint. Se dividió en varias secciones que reflejaban las distintas etapas de su carrera:

  • Obras tempranas: Pinturas de estilo naturalista que muestran su formación académica y su dominio técnico.
  • Dibujos automáticos: Realizados en colaboración con el grupo espiritista «Las Cinco», estos trabajos reflejan su interés por el subconsciente y lo esotérico.
  • Pinturas para el templo: Una serie monumental de 193 obras creadas entre 1906 y 1915, concebidas como una representación visual de la evolución espiritual de la humanidad.
  • Obras posteriores: Incluyen series como «Parsifal» y «Átomo», donde af Klint continúa explorando temas espirituales y científicos a través de un lenguaje abstracto.

Pinturas para el templo

Esta serie es el núcleo de la exposición y representa el proyecto más ambicioso de af Klint. Concebidas como una narración visual para un templo espiritual, estas obras combinan formas geométricas, colores simbólicos y referencias esotéricas para representar la dualidad y la evolución espiritual. Destacan piezas como «Los Diez Mayores», que representan las etapas de la vida humana.

Recepción y legado La exposición en Bilbao fue un éxito rotundo, atrayendo a numerosos visitantes y generando un renovado interés en la obra de af Klint. Su reconocimiento tardío ha llevado a una reevaluación de la historia del arte abstracto, situándola como una figura clave que precedió a artistas como Kandinsky y Mondrian