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Un reloj que honra el espíritu del océano

Por Redacción

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El Breitling Superocean Automatic 42 no es simplemente un instrumento de buceo. Es la manifestación de décadas de innovación, estética funcional y una herencia ligada profundamente al mar. En un mercado saturado de relojes deportivos, esta pieza de la colección Superocean destaca no solo por su rendimiento técnico, sino por su conexión auténtica con el universo marino, un territorio donde Breitling ha sabido posicionarse con autoridad desde hace más de medio siglo.

Este modelo, que combina un diseño robusto con líneas modernas y detalles frescos, continúa una tradición iniciada en 1957, cuando la marca suiza lanzó su primer Superocean con el objetivo de satisfacer a profesionales del buceo y aficionados al estilo de vida acuático. Hoy, el Superocean Automatic 42 reinterpreta ese legado con materiales contemporáneos, acabados sofisticados y una estética que capta la atención tanto dentro como fuera del agua.

Diseño y funcionalidad: equilibrio perfecto

Con una caja de acero inoxidable de 42 mm, el Superocean Automatic 42 ofrece una presencia destacada sin resultar excesivamente voluminoso. Su bisel de cerámica unidireccional —resistente a los arañazos y a la corrosión salina— no solo garantiza funcionalidad en inmersiones, sino que también aporta una estética pulida y moderna.

El diseño de la esfera varía según la edición, pero en todas ellas se aprecia una lectura clara gracias a sus marcadores y agujas luminiscentes. Estas características aseguran visibilidad incluso en condiciones de baja luz, reforzando su utilidad como instrumento profesional. Además, la resistencia al agua hasta 300 metros lo convierte en una herramienta confiable para buceadores y deportistas acuáticos.

Una de sus señas de identidad más notables es la variedad de correas disponibles, desde caucho resistente al agua hasta acero inoxidable, adaptándose así tanto al uso deportivo como al casual o urbano

Movimiento automático y fiabilidad suiza

En el corazón del Superocean Automatic 42 late el calibre Breitling 17, un movimiento automático basado en el fiable ETA 2824-2, ajustado según los estándares de precisión de la marca. Ofrece una reserva de marcha de aproximadamente 38 horas y funciona a una frecuencia de 28.800 alternancias por hora. Aunque no se trata de un calibre manufactura, Breitling se asegura de que cada unidad esté regulada con precisión y robustez, fiel a su reputación de fiabilidad suiza.

Además, todos los modelos están certificados por el COSC (Control Oficial Suizo de Cronómetros), lo que garantiza que cumplen estrictos estándares de exactitud, un valor distintivo que refuerza la identidad de la marca.

Breitling: de los cielos al océano

Desde su fundación en 1884 por Léon Breitling, la marca suiza se ha consolidado como una referencia en el ámbito de la alta relojería técnica. Conocida inicialmente por sus cronógrafos vinculados a la aviación —como los icónicos Navitimer o Chronomat— Breitling supo ampliar su universo hacia el mar con la creación de la línea Superocean.

El paso al mundo submarino no fue casual: en la década de 1950, la demanda de relojes de buceo aumentaba debido al auge del buceo recreativo y profesional. Breitling respondió con el Superocean, una pieza revolucionaria que destacaba por su resistencia al agua de hasta 200 metros, un diseño elegante y su fiabilidad técnica. Desde entonces, la colección ha evolucionado manteniéndose fiel a ese ADN de precisión y aventura.

Bajo la dirección actual de Georges Kern, Breitling ha reforzado su visión de una marca “casualmente elegante” con fuerte compromiso hacia la sostenibilidad, diversificando colecciones y reforzando su imagen contemporánea, sin perder el respeto por su herencia.

Superocean Automatic 42 y Kelly Slater: espíritu surfero

Una edición muy especial del Superocean Automatic 42 nació de la colaboración entre Breitling y Kelly Slater, leyenda del surf. Inspirado en un reloj naranja que su padre usaba al surfear, este modelo cuenta con una esfera naranja vibrante y una correa de caucho verde militar, combinación que remite a las tablas aerografiadas que marcaron la infancia del deportista.

Esta edición limitada a 1.000 unidades refuerza el vínculo emocional entre el reloj y el océano, y ha sido celebrada tanto por coleccionistas como por seguidores del surf. Slater, también defensor del medio ambiente y fundador de la marca de ropa sostenible Outerknown, representa el nuevo rostro de Breitling: elegante, técnico, comprometido.

Esta colaboración también forma parte de la estrategia de Breitling de posicionarse como una marca relevante para el estilo de vida activo y ecológicamente consciente.

El Breitling Superocean Automatic 42 no solo se lleva en la muñeca: se lleva como una declaración de valores. Es el reloj de quienes aman el mar, valoran la ingeniería suiza y se sienten atraídos por el diseño funcional con un carácter fuerte. Con décadas de historia a sus espaldas y una mirada puesta en el futuro, esta pieza representa una de las expresiones más auténticas de la identidad de Breitling.

En una época en la que muchas marcas buscan un enfoque “aspiracional”, Breitling lo convierte en realidad: sus relojes no solo aspiran a la aventura, la viven. Y el Superocean Automatic 42 es, sin duda, su estandarte bajo las olas.