Desde hace siglos, la caléndula protagoniza la medicina tradicional gracias a sus propiedades curativas. Originaria de la cuenca mediterránea, esta planta, conocida también como “maravilla” o “botón de oro”, aparece en infusiones, ungüentos y rituales, y los sabios y herbolarios medievales la recomendaban de forma habitual.
El nombre científico Calendula officinalis proviene de la palabra latina calendae y hace referencia a su prolongada floración. Por lo tanto, no solo decora jardines, sino que también actúa como un recurso natural que la ciencia actual revaloriza.
Propiedades medicinales de la caléndula respaldadas por la ciencia
Hoy, diferentes estudios confirman lo que la tradición ya intuía: la caléndula contiene compuestos bioactivos como flavonoides, carotenoides y aceites esenciales que le otorgan una potente acción terapéutica.
Entre sus beneficios más destacados, la caléndula:
- Favorece la regeneración de la piel y alivia irritaciones gracias a su efecto antiinflamatorio y cicatrizante.
- Combate bacterias y hongos mediante su acción antimicrobiana.
- Protege las células del daño oxidativo con sus propiedades antioxidantes.
- Alivia problemas gástricos y espasmos gracias a su apoyo digestivo.
Como resultado, la caléndula forma parte habitual de cremas, pomadas y productos fitoterapéuticos.
Usos actuales de la caléndula en la medicina y la cosmética
Actualmente, médicos y cosmetólogos emplean la caléndula en múltiples aplicaciones. En dermatología, la usan para tratar quemaduras leves, dermatitis del pañal, eccemas y heridas superficiales.
En el campo de la cosmética natural, la caléndula hidrata, calma y protege la piel sensible. Además, investigaciones recientes muestran que podría ofrecer un factor de protección solar natural, lo que impulsa nuevas formulaciones.
Estudios recientes y perspectivas futuras de la caléndula
En junio de 2025, un estudio publicado en medios especializados destacó el potencial de la caléndula no solo como tratamiento tópico, sino también como apoyo en terapias para afecciones inflamatorias crónicas. Gracias a sus principios activos, podría ayudar en casos de radiodermatitis y servir como coadyuvante en cuidados oncológicos.
Sin embargo, los científicos todavía deben realizar más ensayos clínicos para confirmar su eficacia en ciertos usos y establecer dosis seguras para cada aplicación.
Precauciones en el uso de la caléndula
Aunque la caléndula ofrece seguridad en la mayoría de los casos, los expertos recomiendan precaución. No aconsejan su uso oral durante el embarazo, ya que podría inducir contracciones. Asimismo, las personas alérgicas a plantas de la familia Asteraceae deberían evitarla.
Por otro lado, conviene consultar siempre a un profesional de la salud antes de iniciar cualquier tratamiento a base de plantas medicinales.
Una flor con pasado, presente y futuro prometedor
En resumen, la caléndula representa mucho más que una planta decorativa. Su valor medicinal, respaldado por la ciencia, la convierte en una de las especies vegetales con mayor potencial terapéutico y cosmético.
Por lo tanto, incluirla en la farmacia natural del hogar en forma de crema, aceite o infusión resulta una elección inteligente. La clave consiste en utilizarla de manera responsable, combinando el saber tradicional con la evidencia científica moderna.