Un escenario privilegiado sobre el océano
En lo alto de una colina en Uluwatu, Bali, se levanta una villa de 350 metros cuadrados diseñada por el arquitecto alemán Alexis Dornier. Desde esta ubicación privilegiada, la residencia se abre hacia el océano Índico, ofreciendo vistas ininterrumpidas que convierten cada rincón en un espectáculo visual.
Asimismo, el emplazamiento elevado no solo otorga privacidad, sino también una atmósfera de retiro espiritual que conecta la obra con la tradición contemplativa de la isla.
Una distribución pensada para la experiencia
La casa se organiza en una sola planta, aunque la geometría del terreno le da dinamismo. Desde la entrada principal, el visitante accede a un vestíbulo abierto que conecta directamente con el gran salón central. Este espacio actúa como núcleo social y se proyecta hacia la terraza exterior y la piscina infinita.
En un ala de la vivienda se ubican los dormitorios principales, todos con orientación hacia el mar y con terrazas privadas que prolongan la experiencia interior-exterior. En el ala opuesta se disponen las estancias de servicio y un segundo espacio de estar más íntimo, ideal para la vida familiar cotidiana.
La cocina, amplia y abierta, se conecta con el salón principal y la terraza, permitiendo tanto reuniones sociales como cenas privadas con un escenario natural de fondo. Los baños, revestidos en piedra local, refuerzan la sensación de autenticidad y vínculo con la tierra balinesa.
Un diseño que dialoga con el paisaje
Por un lado, el techo de madera multifacético cubre toda la estructura con una geometría cambiante que refleja la irregularidad del terreno. Por otro lado, un gran tragaluz central ilumina el corazón de la vivienda, permitiendo que la luz natural marque el ritmo de la vida diaria.
Además, los grandes ventanales y la apertura de los espacios garantizan una circulación fluida entre interior y exterior, borrando los límites físicos y ofreciendo una experiencia de continuidad con la naturaleza.

Materiales sostenibles y autenticidad
La elección de materiales es otro de los elementos distintivos. Madera recuperada, piedra volcánica y acabados en tonos neutros crean un ambiente sereno y elegante. Estos recursos no solo refuerzan la identidad balinesa, sino que también responden a un enfoque sostenible y consciente del impacto ambiental.
De este modo, la vivienda se convierte en un ejemplo de arquitectura tropical contemporánea, donde lujo y responsabilidad conviven en equilibrio.
Un espacio para la contemplación
Finalmente, la piscina infinita, orientada hacia el horizonte, se convierte en el remate visual del conjunto. Desde allí, el océano parece fundirse con el cielo, y la casa se transforma en un mirador íntimo hacia el paisaje.
Por lo tanto, más que un simple proyecto residencial, este refugio representa la visión personal de Alexis Dornier: un espacio para contemplar, vivir y recordar, donde cada detalle arquitectónico está al servicio de la experiencia sensorial y emocional.