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Un tesoro mecánico : El cronógrafo Poljot que marca la diferencia

Por Redacción

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En el mundo de la alta relojería, donde la tradición se encuentra con la innovación, emerge una pieza que captura la atención de coleccionistas y amantes de lo exclusivo: el Poljot Cronógrafo. Fabricado en una edición limitada de tan solo 500 ejemplares, este reloj se posiciona como una joya de culto dentro de la relojería de origen ruso.

Una historia que late en cada tic-tac

El calibre 3133 tiene un pasado legendario. Nacido en la década de los setenta, cuando la Unión Soviética adquirió la tecnología suiza del Valjoux 7734, pronto se convirtió en un emblema de precisión y resistencia.
Utilizado en relojes de aviación, marina e incluso en misiones espaciales, este movimiento cimentó la reputación de Poljot como uno de los grandes nombres de la relojería soviética.

Hoy, el modelo rescata ese legado, adaptándolo a las exigencias contemporáneas de lujo y sofisticación.

Diseño que combina carácter y refinamiento

El Poljot se distingue por una presencia imponente:

  • Caja de acero inoxidable chapada en oro rojo, de 42 mm, con un equilibrio perfecto entre robustez y elegancia.
  • Cristal de zafiro curvado que protege una esfera blanca, realzada por manecillas azuladas y subesferas de cronógrafo.
  • Fondo de caja transparente, atornillado, que revela el calibre decorado con detalles “Côte de Genève”.

La conjunción de estos elementos genera un reloj que, más allá de medir el tiempo, se convierte en un accesorio de estilo y distinción.

Exclusividad y valor

En un mercado donde la escasez define el lujo, este modelo destaca: solo 500 unidades vieron la luz, garantizando su rareza.
Su precio, en torno a los 685 euros en mercados especializados europeos, lo sitúa como una oportunidad única: una pieza con historia, acabados de alta gama y un potencial de revalorización considerable.

Una pieza para entendidos

Más allá de su mecánica impecable —con 23 rubíes, frecuencia de 21.600 alternancias por hora y reserva de marcha de 42 horas—, el Poljot representa un diálogo entre dos mundos: el de la ingeniería soviética y el de la relojería de lujo moderna.

Por ello, su valor trasciende lo técnico: es un símbolo de elegancia atemporal, destinado a las muñecas de quienes aprecian la exclusividad y el peso de la historia.

En definitiva, el Poljot Cronógrafo no es simplemente un reloj, sino una pieza que honra el legado soviético y lo reinterpreta en clave de lujo, perfecta para quienes buscan en la relojería algo más que un instrumento: una experiencia, un relato y una obra de arte mecánica.