Por tercer año consecutivo, Mandarin Oriental ha sido reconocida como la marca hotelera de lujo número uno del mundo. La prestigiosa distinción consolida a la compañía como referente absoluto en hospitalidad de alta gama, en un sector cada vez más competitivo donde la excelencia en el servicio y la gestión marcan la diferencia.
La consolidación de un legado
Fundada en 1963 con la apertura de su icónico hotel en Hong Kong, Mandarin Oriental ha sabido evolucionar hasta convertirse en símbolo de distinción global. Hoy en día, su presencia se extiende a los destinos más exclusivos del planeta, desde Londres, París y Nueva York hasta Dubái, Bangkok o Tokio. Su filosofía combina tradición oriental con modernidad cosmopolita, un equilibrio que se traduce en experiencias únicas para cada huésped.
El reconocimiento como mejor cadena hotelera de lujo en 2025 responde a una evaluación rigurosa basada en múltiples criterios: desempeño operativo, calidad del servicio, gestión empresarial, innovación en experiencias de bienestar y consistencia en la propuesta de valor.
Un estándar de hospitalidad elevado
Mandarin Oriental se distingue por su capacidad de convertir cada estancia en un ritual de sofisticación y confort personalizado. Su legendario servicio, basado en la discreción, la anticipación de necesidades y la atención al detalle, ha marcado un estándar difícil de igualar.
A ello se suma una propuesta culinaria galardonada con estrellas Michelin en varios de sus hoteles, spas de reconocimiento internacional y espacios arquitectónicos que combinan vanguardia con un respeto absoluto por el entorno cultural donde se ubican.
Innovación y sostenibilidad
En un momento en que la industria de la hospitalidad enfrenta desafíos relacionados con la sostenibilidad y las expectativas de un viajero cada vez más exigente, Mandarin Oriental ha reforzado su compromiso con prácticas responsables. La reducción de plásticos de un solo uso, el diseño de edificios con criterios de eficiencia energética y la integración de productos locales en su oferta gastronómica forman parte de su estrategia.
De igual manera, la cadena ha potenciado la innovación digital para elevar la experiencia del cliente, con sistemas de personalización avanzados que permiten mantener el trato humano y cercano como piedra angular de su propuesta.
Un horizonte de expansión
El liderazgo de Mandarin Oriental no solo se mantiene, sino que se proyecta hacia el futuro. Con nuevos proyectos en ciudades como Milán, Miami y Shanghái, la marca refuerza su posición como sinónimo de lujo contemporáneo. La compañía continúa ampliando su portafolio en mercados estratégicos, siempre con la misma premisa: ofrecer una hospitalidad inimitable que trascienda lo material para convertirse en recuerdo imborrable.
