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Chanel reinventa su tweed clásico para el otoño

Por Redacción

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El regreso del ícono: el tweed que nunca pasa de moda

El tweed, ese tejido que desde los años treinta simboliza el ADN de Chanel, vuelve a ocupar el centro del escenario en la colección Otoño/Invierno 2025-26. Sin embargo, la propuesta de Virginie Viard, directora creativa de la maison, no se limita a la nostalgia. En cambio, se trata de una reinterpretación moderna, donde el volumen, la superposición y el juego de proporciones transforman la herencia en una declaración de vanguardia.

En el Grand Palais Éphémère de París, la pasarela se llenó de texturas densas y luminosas. El tweed, en todas sus variaciones, desde el bouclé grueso hasta los hilos metalizados, se convirtió en una herramienta para esculpir nuevas siluetas femeninas. De este modo, las prendas se vuelven más libres, más fluidas y con un aire contemporáneo que mantiene la esencia del lujo francés.

Volúmenes y capas: el nuevo lenguaje del tweed

La clave de la colección reside en el juego de escalas. Por un lado, las chaquetas, insignia de la casa, aparecen más cortas y estructuradas. Por otro, se combinan con pantalones amplios o faldas envolventes que añaden movimiento y dinamismo. Además, en otros looks, el tweed se alarga hasta transformarse en túnicas o capas, marcando una evolución del traje clásico Chanel hacia una estética más escultórica y tridimensional.

Asimismo, Viard introduce el concepto de “layering elegante”, basado en la superposición de tejidos ligeros como el tul o la seda sobre el tweed. De esta forma, se genera un contraste visual entre lo opaco y lo translúcido. Este diálogo entre peso y ligereza logra que el tejido, tradicionalmente asociado a la estructura, se perciba ahora etéreo y adaptable. En palabras de la crítica de Vogue Paris, Chanel propone un tweed que respira y se mueve, sin perder su autoridad.

Paleta y detalles: de la sobriedad al brillo

En cuanto a la paleta de color, la maison combina la sobriedad característica del negro, blanco y beige con toques de modernidad. Así, aparecen matices de burgundy, rosa empolvado, bronce y verde musgo. Al mismo tiempo, algunos tejidos incorporan hilos metálicos o destellos de lurex, lo que aporta una luminosidad discreta pero lujosa.

Por otra parte, los accesorios refuerzan la narrativa de elegancia contemporánea. Collares de perlas de gran tamaño, lazos amplios en el cuello y botones joya capturan la luz en cada movimiento. Además, los botines con tacones-perla y las botas altas de tweed completan las siluetas, consolidando un equilibrio entre lo reconocible y lo experimental.

Un diálogo entre herencia y contemporaneidad

Más que una simple colección, Chanel presenta una reflexión sobre la permanencia del estilo. En este sentido, el tweed se erige como símbolo de identidad, pero también como un lienzo para reinterpretar los valores de la feminidad moderna: independencia, comodidad y sofisticación.

De esta manera, la maison logra lo que pocas pueden: redefinir la tradición sin perderla. En 2025, el tweed de Chanel no solo viste a la mujer parisina elegante, sino también a una nueva generación que busca piezas versátiles y con historia. La propuesta invita a mirar el pasado con respeto y el futuro con audacia.

Un clásico en constante reinvención

Finalmente, el tweed de Chanel vuelve a demostrar su poder de adaptación. Desde las chaquetas ceñidas de Coco Chanel hasta las siluetas volumétricas de Virginie Viard, el tejido atraviesa décadas sin envejecer. Otoño 2025 confirma que el lujo no consiste en repetir fórmulas, sino en reinterpretarlas con inteligencia y sensibilidad.

Así, la maison francesa reafirma su papel como guardiana y, al mismo tiempo, renovadora de la elegancia atemporal. Chanel no sigue tendencias; las crea, hilo a hilo, en cada trama de su eterno tweed.