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Curso de arte y coleccionismo en Château La Coste

Por Redacción

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A medio camino entre el viñedo y el museo, entre el campo y la galería, entre el placer y el pensamiento, se alza Château La Coste, una finca vinícola de 200 hectáreas que se ha convertido en uno de los epicentros discretos pero fascinantes del nuevo lujo europeo. Este verano, el lugar vuelve a reunir a coleccionistas, artistas y viajeros ilustrados con una propuesta irresistible: un curso intensivo de arte y coleccionismo contemporáneo, entre obras maestras al aire libre, catas privadas y arquitectura de autor.

Un lugar donde el arte camina entre las vides

Situado en el corazón de la Provenza, muy cerca de Aix-en-Provence, Château La Coste es mucho más que una bodega con ambiciones. Es un manifiesto estético. Recorriendo sus senderos entre viñedos ecológicos, uno se encuentra con instalaciones firmadas por Louise Bourgeois, Richard Serra, Hiroshi Sugimoto o Tracey Emin. También con pabellones concebidos por Tadao Ando, Jean Nouvel o Renzo Piano, que convierten la finca en un espacio de diálogo entre naturaleza, arte y arquitectura.

En este escenario se desarrolla cada verano un curso internacional que reúne a coleccionistas privados, galeristas emergentes, expertos en arte contemporáneo y mecenas culturales, todos dispuestos a aprender, debatir y dejarse inspirar.

El curso: una semana para mirar de otro modo

Organizado en colaboración con la École du Louvre y varias fundaciones europeas, el curso tiene una duración de cinco días y combina sesiones académicas con actividades sensoriales. Las mañanas se dedican a seminarios sobre historia del arte, economía del mercado y análisis de obras clave, con ponentes invitados del MoMA, la Tate o la Fondation Beyeler.

Las tardes están reservadas para visitas curatoriales privadas, talleres de comisariado, paseos por la finca en compañía de artistas residentes o ejercicios de crítica visual. En paralelo, los participantes asisten a catas dirigidas, cenas temáticas y proyecciones de cine artístico al aire libre.

La experiencia culmina con una subasta simbólica entre los asistentes —sin dinero, sólo argumentos— donde cada uno defiende “su obra ideal” en una divertida mezcla de pasión y pedagogía.

Para quién: el nuevo perfil del coleccionista

El curso no está pensado únicamente para grandes compradores. Lo está para mentes inquietas, sensibles a la belleza y curiosas por el arte como forma de entender el mundo. En palabras de Pauline Descours, directora del programa: “No enseñamos a comprar arte, enseñamos a vivir con él. A leerlo, a sentirlo, a descubrir qué dice de nosotros.”

Por eso, entre los asistentes hay jóvenes herederos de colecciones familiares, nuevos empresarios del arte digital, mecenas de Asia y Latinoamérica y también parejas cosmopolitas que buscan añadir sentido cultural a sus inversiones.

Lujo silencioso y savoir-vivre

A diferencia de otros destinos del arte más ruidosos, Château La Coste cultiva el lujo del silencio, del tiempo lento, del saber mirar. Las habitaciones están repartidas en villas discretas entre olivos centenarios. No hay carteles ni excesos. Todo fluye con la elegancia de lo auténtico.

El restaurante está asesorado por el chef argentino Francis Mallmann y el spa cuenta con tratamientos bio que incorporan elementos del propio viñedo. Es una experiencia donde el coleccionismo comienza por uno mismo: una colección de momentos estéticos y personales, lejos del bullicio, cerca de lo esencial.