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Drenaje linfático: Más que estética

Por Redacción

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Nuevos avances sobre el masaje linfático

El masaje linfático, también conocido como drenaje linfático manual (DLM), ha dejado de ser solo una tendencia en redes sociales para consolidarse como un área de interés científico. Gracias a nuevos estudios y experiencias clínicas, sus beneficios se están entendiendo mejor y, al mismo tiempo, se están desmontando mitos que rodean esta práctica.

Un redescubrimiento desde la ciencia

En primer lugar, un estudio del Institute for Basic Science en Corea reveló que la estimulación suave de la piel facial y cervical favorece la eliminación de desechos cerebrales. Esto es especialmente relevante porque ayuda al drenaje del líquido cefalorraquídeo, lo que podría influir en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Además, este hallazgo abre nuevas posibilidades de tratamientos no invasivos para mejorar la salud cerebral en personas mayores. Por lo tanto, la investigación respalda que el masaje linfático podría tener un impacto mucho más profundo de lo que hasta ahora se pensaba.

Beneficios cada vez más reconocidos

Por otro lado, la evidencia clínica muestra que el drenaje linfático manual es eficaz en:

  • Reducción de edemas y linfedemas tras cirugías, especialmente en mujeres operadas de cáncer de mama.
  • Alivio del dolor y la fatiga, donde estudios recientes señalan mejoras significativas en pacientes con síndrome de fatiga crónica y en quienes sufren de long COVID.
  • Recuperación postoperatoria más rápida, gracias a la disminución de la inflamación y a la mejora de la movilidad.

En consecuencia, no se trata únicamente de un masaje estético, sino de una intervención terapéutica complementaria con efectos tangibles en la calidad de vida.

Entre la moda y la realidad

Sin embargo, es importante diferenciar entre lo que promueven las redes sociales y lo que dice la ciencia.

Mientras que muchos vídeos virales lo presentan como un método detox o una vía rápida para perder peso, los expertos aclaran que el cuerpo ya posee sistemas naturales de desintoxicación, como el hígado y los riñones.