Un hallazgo histórico sin precedentes
En primer lugar, el lienzo representa la primera vista panorámica conocida de Bilbao. Hasta ahora, solo se conservaban grabados o descripciones escritas, pero ninguna pintura tan antigua que mostrara la ciudad con tanto detalle. La obra, de 208 x 272 centímetros, muestra el Casco Viejo, el puente de San Antón, las Siete Calles e incluso la que se considera la primera representación de Bilbao la Vieja.
Además, la escena incluye embarcaciones, trabajadores portuarios y edificaciones que reflejan el dinamismo económico de la villa en aquel momento. Por lo tanto, no es solo una pintura: es una auténtica crónica visual de la vida cotidiana de la época.
De Exeter a Bilbao: un viaje inesperado
Curiosamente, la obra fue localizada en Exeter (Reino Unido), donde permaneció fuera del radar institucional durante siglos. Fue gracias a una investigación especializada que el cuadro fue identificado como una vista inédita de Bilbao.
Después, el museo inició un proceso discreto de adquisición y finalmente compró la obra por 200.000 euros, una cifra considerada razonable debido a su importancia patrimonial. Así, el cuadro ha regresado a su lugar de origen, completando un viaje histórico y simbólico.

Una pieza clave para comprender el urbanismo antiguo
Por otro lado, la precisión topográfica del cuadro permite estudiar con mayor exactitud el urbanismo bilbaíno del siglo XVII tardío. Las calles estrechas, la relación entre la ría y la actividad comercial y la presencia de barcos y muelles ofrecen información inédita para historiadores, urbanistas y arqueólogos.
Asimismo, la pintura permite comparar la evolución urbana con otras fuentes como planos, documentos oficiales y registros mercantiles. En consecuencia, se convierte en una herramienta de investigación de primer nivel.
Exposición en un museo renovado
La presentación del cuadro coincide con la reapertura del edificio de 1970 del museo, que ha sido recientemente renovado. Este espacio cuenta ahora con un atrio acristalado, nuevas salas de exposición y mayor accesibilidad.
En este contexto, el museo ha organizado un programa expositivo que combina memoria histórica y arte contemporáneo. Por un lado, se exhibe “Vista de Bilbao”; por otro, una gran muestra del artista alemán Georg Baselitz y la exposición “Ataria (Bat)”, dedicada al arte vasco actual. De este modo, pasado y presente dialogan dentro de un mismo espacio.
Una obra para el público y la investigación
Antes de su inauguración oficial, la obra fue digitalizada en alta resolución y publicada en la nueva plataforma online del museo. Gracias a ello, cualquier persona puede observarla con gran detalle desde casa. Esta estrategia demuestra la voluntad del museo de acercar el patrimonio a toda la ciudadanía, no solo a los visitantes presenciales.
Además, especialistas afirman que esta pintura será una fuente de estudio durante décadas, ya que reúne información artística, histórica, social y económica de forma única.
Un nuevo icono para la identidad bilbaína
Finalmente, “Vista de Bilbao” no solo enriquece la colección del Museo de Bellas Artes, sino que también redefine la memoria visual de la ciudad. Se trata de una imagen que permite mirar al pasado con una claridad hasta ahora imposible y que, al mismo tiempo, invita a reflexionar sobre el proceso de transformación urbana que ha llevado a Bilbao a ser la ciudad moderna que conocemos hoy.
En resumen, estamos ante una recuperación patrimonial de enorme relevancia. Con la exposición de esta obra, Bilbao vuelve a mirarse en el espejo de su historia y comparte con el mundo el retrato más antiguo y auténtico de su origen.
 
								