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El nuevo dress code del lujo flotante

Por Redacción

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El lujo se relaja (pero no pierde el estilo)

En la cubierta de un crucero de ultra lujo, el viento marino acaricia vestidos vaporosos y americanas sin corbata. La copa de champagne se alza con el atardecer como telón de fondo. Pero algo ha cambiado. Los códigos que alguna vez dictaron esmoquin, corpiños y galas de etiqueta ahora ceden paso a una nueva elegancia: más libre, más relajada, más real.

Líneas como Regent Seven Seas Cruises, Crystal y Silversea han decidido romper suavemente con la rigidez sartorial del pasado. Los jeans refinados, los sneakers blancos de diseñador, las camisas desestructuradas y los trajes sin corbata ya tienen cabida incluso en las cenas de cinco tiempos. Una nueva ola de sofisticación informal navega por los océanos del lujo.

¿Revolución o evolución?

Para los nuevos viajeros de alto nivel —emprendedores digitales, creativos globales, herederos con gusto por lo espontáneo— el estilo se define por el cuidado sin esfuerzo. Ya no se trata de ajustarse a códigos antiguos, sino de vestir con intención, pero sin rigidez. Un blazer italiano sobre una camiseta blanca puede decir más que un esmoquin alquilado.

Esta decisión estratégica de las navieras no es casual. Busca atraer a una clientela más joven, sofisticada y consciente del lujo contemporáneo: ese que no necesita etiquetas para distinguirse. En palabras de un ejecutivo de Regent: “El lujo de hoy es saber sentirte cómodo siendo tú mismo, sin dejar de irradiar elegancia”.

La polémica que flota en cubierta

Pero no todos celebran este cambio. Entre los pasajeros más clásicos, la relajación del dress code despierta cierta nostalgia… y hasta indignación. Para muchos, vestirse de gala era parte del ritual, una forma de honrar el viaje, la cena, el lugar. El cruce generacional se siente. Los foros privados de pasajeros habituales hierven de comentarios: ¿es aceptable ver jeans en Le Champagne? ¿Es un sneaker Dior tan válido como un mocasín Berluti?

El debate está servido, como el caviar: elegante, intenso y con matices.

La nueva etiqueta: estilo sin rigidez

Más allá de las opiniones, la tendencia es clara. El nuevo dress code a bordo no es una renuncia al lujo, sino su reinterpretación. No todo va: los jeans deben ser oscuros y estructurados, los sneakers deben hablar el lenguaje del diseño, y las camisetas deben ser tan pulidas como un Martini seco. Se impone una estética effortless chic, donde la calidad de los tejidos y la armonía del conjunto son más importantes que el protocolo tradicional.

Los armarios de los pasajeros ahora se llenan de lino italiano, zapatillas de piel vegana, polos de seda y pantalones con caída perfecta. Es una oda al buen gusto sin rigidez. Una elegancia que respira.

Epílogo: vestir el presente

En alta mar, donde el horizonte no tiene límites, también cambia la forma de vestir el lujo. Las galas siguen existiendo, pero ya no imponen: seducen. El nuevo crucero de lujo no te exige transformarte, te invita a ser tú, en tu mejor versión. Con un estilo que, como el mar, fluye.

Porque al final, el verdadero dress code del lujo no está en la ropa, sino en la actitud con la que se lleva.