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Elrod House: Una cúpula futurista en medio del desierto

Por Redacción

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En lo alto de una colina rocosa de Palm Springs se alza la Elrod House, considerada uno de los máximos exponentes del modernismo californiano. Diseñada en 1968 por John Lautner, discípulo de Frank Lloyd Wright, la vivienda pronto se convirtió en un icono no solo por su audaz arquitectura, sino también por su proyección cultural. De hecho, alcanzó fama mundial cuando apareció en la película de James Bond Diamonds Are Forever en 1971.

Este proyecto nació a partir del encargo de Arthur Elrod, un diseñador de interiores de gran prestigio en Palm Springs. Su deseo era habitar una residencia capaz de dialogar con la naturaleza circundante y, al mismo tiempo, expresar el espíritu futurista de la época. Lautner aceptó el reto y creó una estructura que aún hoy sorprende por su originalidad y atrevimiento.

El corazón de hormigón y cristal

Al entrar en la vivienda, el visitante se encuentra con un gran salón circular de dieciocho metros de diámetro, coronado por una cúpula de hormigón con aperturas geométricas que permiten que la luz se filtre de manera dramática. Gracias a este recurso, el interior adquiere un carácter cambiante a lo largo del día y se consigue un control climático eficiente en pleno desierto californiano.

A diferencia de lo que se podría esperar, Lautner decidió no retirar las enormes rocas presentes en el terreno. En lugar de ello, las incorporó al diseño como esculturas naturales que emergen del suelo y atraviesan muros y techos. Así, la casa se integra con el paisaje en una continuidad absoluta. Además, las paredes de vidrio deslizante se abren hacia una terraza con piscina infinita, generando una conexión directa entre interior y exterior.

El pavimento de pizarra negra, dispuesto en rectángulos que evocan un parquet moderno, y la ausencia de carpintería visible refuerzan la sensación de fluidez. En consecuencia, los límites tradicionales de una vivienda desaparecen y el espacio se convierte en una experiencia sensorial.

Una casa vivida y filmada

Con el paso del tiempo, la Elrod House se transformó en mucho más que una residencia privada. Su aparición en la saga de James Bond la colocó en el mapa mundial .Por ello, la casa adquirió un papel cultural que trasciende la arquitectura.

La vivienda ofrece cinco dormitorios y cinco baños , distribuidos en más de ochocientos metros cuadrados. Una escalera en espiral conecta con la zona de huéspedes y con otros ambientes privados, lo que garantiza intimidad sin perder la teatralidad que caracteriza al conjunto.

Valor y legado

A lo largo de las décadas, la Elrod House ha cambiado de manos y su valor ha aumentado de manera significativa. Mientras que en los años noventa fue adquirida por menos de cuatrocientos mil dólares, en 2003 se vendió por más de cinco millones. Más recientemente, ha llegado a tasarse en casi catorce millones de dólares. Sin embargo, más allá de las cifras, su verdadero valor reside en ser un símbolo de la arquitectura orgánica y del modernismo californiano.