En medio del Pacífico Sur, a más de 2.000 kilómetros de Australia, Fiyi emerge como un paraíso no solo por sus playas vírgenes y hospitalidad legendaria, sino también por su cocina: una fusión de tradiciones milenarias, productos locales y alegría de vivir. Conocida como la “cocina de la felicidad”, la gastronomía fiyiana ha empezado a atraer la atención internacional por su sabor, salud y alma comunitaria.
Una tradición cocinada bajo tierra
En Fiyi, cocinar no es una actividad individual, sino un ritual social. En las celebraciones o los domingos familiares, es común ver a las comunidades reunidas alrededor del lovo, un horno de tierra ancestral donde se cuecen carnes, pescados y raíces envueltos en hojas de plátano. “Es una técnica que utilizamos desde los tiempos de nuestros abuelos”, explica Merewai Naivalu, cocinera tradicional en Viti Levu. “El sabor que da la tierra no se puede comparar con nada”.
El lovo no solo cocina, sino que une. Mientras los alimentos se calientan lentamente, las familias comparten historias, cantan y beben kava, la infusión ceremonial de raíz de yaqona que produce una sensación calmante.
Kokoda: el ceviche que despierta los sentidos
Uno de los emblemas culinarios más apreciados es el kokoda, una mezcla perfecta de pescado crudo marinado en jugo de lima, con leche de coco, cebolla, chiles y tomate. Fresco y cremoso, este plato refleja el alma de Fiyi: sencilla, saludable y profundamente conectada con el océano.
“Cada región tiene su toque especial”, dice la chef Seema Prasad, del resort ecológico Namosi Highlands. “Algunos usan mango verde, otros añaden jengibre. Lo importante es que siempre se prepara con cariño y respeto por el mar”.
El kokoda ha sido reconocido recientemente por la Asociación Internacional de Turismo Gastronómico como uno de los «10 sabores emergentes del Pacífico», y se ha colado en menús de restaurantes de lujo en Nueva Zelanda, Singapur y California.
La herencia india que enriquece los fogones
Con una población indofiyiana significativa, Fiyi es también hogar de una rica tradición culinaria india, adaptada a los ingredientes locales. Curry de cangrejo, samosas rellenas de taro, y chutneys de papaya son solo algunos ejemplos de esta convivencia armoniosa.
“Los platos indios en Fiyi son menos picantes, pero igual de sabrosos”, comenta Ravi Chand, propietario de una caravana de comida en Suva. “Usamos leche de coco y hojas de curry frescas, lo que les da un giro tropical”.
Dulces raíces y felicidad sostenible
Los postres, aunque menos conocidos, reflejan la misma autenticidad: pasteles de mandioca y coco, plátanos caramelizados al fuego, o bolas de arroz rellenas de azúcar de palma. Todo elaborado con ingredientes naturales, sin conservantes ni procesos industriales.
“La felicidad aquí no es solo una emoción, es una forma de vida”, dice la antropóloga gastronómica francesa Claire Dubois, quien ha vivido en Fiyi desde 2019. “La gente come para nutrirse, no para llenarse. Cultivan, cocinan y comparten. Eso se refleja en su salud y longevidad”.
Con la creciente preocupación mundial por la alimentación saludable y sostenible, Fiyi se perfila como un modelo a seguir. Varias ONGs y empresas turísticas están promoviendo rutas culinarias que involucran a comunidades locales, respetan el medioambiente y ofrecen al visitante una inmersión cultural auténtica.
“El turismo ya no busca solo paisajes, sino experiencias con sentido”, asegura Keleni Ravai, del Ministerio de Cultura y Turismo de Fiyi. “Nuestra cocina es un puente entre la tierra, el mar y el corazón. Es hora de compartirla con el mundo”.
Fiyi no solo es un paraíso de arenas blancas y aguas turquesas. Es también un lugar donde la comida es símbolo de comunidad, identidad y felicidad. En cada bocado de kokoda o cada sorbo de kava, se encuentra un pedazo del alma fiyiana. Y quizás, en ese sabor, esté el secreto mejor guardado del Pacífico Sur.