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Gran Vía Privée: El residencial en el corazón de Madrid

Por Redacción

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Una joya restaurada entre el bullicio y la historia

En el número 23 de la Gran Vía madrileña, en pleno corazón de la capital, acaba de abrir sus puertas una vivienda privada que está dando de qué hablar entre diseñadores, arquitectos y amantes del interiorismo de alto nivel. Bautizada como Gran Vía Privée, esta residencia no es simplemente un hogar: es un manifiesto contemporáneo de cómo se puede habitar el pasado con la sofisticación del presente.

Ubicada en el tercer piso de un edificio catalogado de finales del siglo XIX, la vivienda ha sido objeto de una restauración integral que ha respetado al máximo los elementos arquitectónicos originales —cornisas, suelos de mosaico hidráulico, grandes ventanales con contraventanas de madera—, pero que a la vez ha introducido con precisión quirúrgica tecnología, diseño y confort propios del siglo XXI.

Entre la elegancia clásica y el diseño escenográfico

El estudio de interiorismo responsable del proyecto, Atelier, ha concebido un espacio donde los contrastes dialogan: techos de más de cuatro metros con molduras originales conviven con una cocina de líneas minimalistas, fabricada en mármol Calacatta y acero cepillado. La transición entre las estancias se produce a través de puertas pivotantes ocultas, generando una circulación fluida, sin interrupciones visuales.

El salón principal —un espacio diáfano de más de 60 m²— se articula en torno a una chimenea central suspendida y un ventanal mirador restaurado que ofrece una vista escénica de la Gran Vía como pocas quedan. Frente a este, una biblioteca de roble oscuro, con vinoteca integrada, marca el paso hacia la zona privada.

Cada una de las cuatro suites ha sido concebida con personalidad propia: una con baño de ónix retroiluminado, otra con zona de bienestar privada con sauna de infrarrojos, y todas con acceso a la terraza ajardinada interior, equipada con jacuzzi y muros verdes verticales.

Tecnología invisible, confort absoluto

Más allá de su estética, Gran Vía Privée destaca por su sistema domótico integral, que permite controlar iluminación, temperatura, música y persianas desde una app personalizada. Cuenta además con sistema de climatización por aerotermia, suelos radiantes en invierno y refrigerantes en verano, y acristalamiento triple de última generación.

La sostenibilidad también forma parte del lujo: la vivienda ha obtenido la certificación energética A+, gracias a su aislamiento térmico reforzado, consumo responsable y optimización de recursos hídricos.

Un oasis de privacidad con vistas a todo

A pesar de su céntrica localización, la sensación al cruzar la puerta principal es la de entrar en otro mundo. La elección de materiales nobles, la iluminación cálida e indirecta, y el uso estratégico del color (paletas neutras combinadas con acentos profundos como el azul noche o el verde musgo) convierten cada estancia en un espacio para la contemplación.

El acceso privado desde el garaje robotizado —algo inédito en esta parte de la ciudad— completa un conjunto que redefine lo que significa vivir en la ciudad con lujo, discreción y sensibilidad estética.

Una vivienda que marca tendencia Gran Vía Privée no solo es una vivienda, es un referente. Un proyecto que recuerda que el lujo no está en lo ostentoso, sino en lo excepcional. En cómo se combinan el silencio, la belleza, la historia y la innovación