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Ikono: El lujo multisensorial que revoluciona el ocio contemporáneo

Por Redacción

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Un viaje que dio origen a una idea visionaria

Todo comenzó con un paseo entre los bambúes del bosque de Arashiyama, en Japón. Fue allí donde David Troya, fundador de Ikono, comprendió el poder de una experiencia sensorial plena: aquella que logra detener el tiempo, despertar los sentidos y reconectar con la emoción más pura.
De regreso a España, junto a su primo Fernando Pastor, decidió transformar esa inspiración en una propuesta tangible. Así nació Ikono, un concepto de ocio inmersivo que fusiona arte, tecnología y emoción en un mismo espacio.

Aunque la apertura inicial estaba prevista para marzo de 2020, la pandemia obligó a retrasarla hasta agosto de ese mismo año. Paradójicamente, aquel contexto adverso se convirtió en el impulso que necesitaban: el mundo, confinado y saturado de pantallas, ansiaba nuevas formas de conexión y experiencia real.

Una filosofía que invita a jugar fuera de los límites

Desde sus inicios, Ikono ha apostado por una premisa clara: “Play outside the lines”, juega fuera de las líneas.
Más que una consigna, es su declaración de intenciones. Ikono no busca ser contemplado, sino vivido. En sus espacios, el visitante no es un espectador pasivo, sino un protagonista activo que toca, crea y se deja sorprender.

A diferencia de otros modelos de ocio tecnológico, Ikono se aleja de las gafas de realidad virtual y de los entornos digitales saturados. En su lugar, propone una experiencia tangible y multisensorial, donde la luz, el sonido, el aroma y la textura se combinan para generar sensaciones que van más allá de lo visual.

En un mundo acelerado, Ikono ofrece una pausa. Un refugio sensorial donde la imaginación toma el control y cada paso invita a redescubrir el placer de jugar con lo real.

De Madrid al corazón de Europa: una expansión imparable

El primer espacio de Ikono abrió en Madrid, a escasos metros del Museo Reina Sofía.
Allí, doce salas temáticas conducen a los visitantes a través de universos únicos: desde una selva de luz negra hasta un bosque de bambú que respira serenidad, pasando por un espacio de pintura lumínica inspirado en Picasso.

Gracias a su éxito rotundo, la marca se expandió rápidamente por Europa. Barcelona, Roma, Budapest, Viena, Copenhague y Berlín se sumaron al mapa Ikono, cada una con una propuesta adaptada a la cultura y sensibilidad local.
Mientras el espacio madrileño cuenta con 650 metros cuadrados, el de Berlín alcanza los 1.800, consolidando así la ambición internacional de la empresa.

Hoy, Ikono ha recibido a más de un millón y medio de visitantes en sus siete sedes europeas. Cada centro representa una reinterpretación contemporánea del arte: interactiva, sensorial y profundamente emocional.

Ikono y la nueva definición del lujo

El éxito de Ikono radica en entender que el verdadero lujo del siglo XXI no está en poseer, sino en sentir.
Sus visitantes no buscan entretenimiento fugaz, sino momentos que despierten los sentidos, que los conecten con algo genuino y transformador.

Ikono propone una nueva forma de indulgencia: aquella que celebra la curiosidad, la creatividad y la conexión emocional. En un mundo saturado de estímulos digitales, sus espacios ofrecen una experiencia que solo puede vivirse con los cinco sentidos.