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Julio Iglesias y su espectacular finca en Ourense

Por Redacción

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El legendario cantante Julio Iglesias ha sorprendido a propios y extraños con su última adquisición inmobiliaria: una majestuosa finca en la pequeña aldea de Villarino, en el corazón de Galicia. La noticia ha causado revuelo en la comunidad local, no solo por la fama del comprador, sino por el simbolismo emocional que encierra esta decisión para el artista.

A sus 81 años, Julio Iglesias parece haber dado un paso que combina nostalgia, búsqueda de paz y deseo de reconexión con sus orígenes. La finca, de más de 1.500 metros cuadrados, se sitúa en el tranquilo municipio de Piñor (Ourense), y fue en su día propiedad del exalcalde de Ourense, Manuel Cabezas. Se trata de un enclave de gran belleza paisajística, rodeado de verdes praderas, castaños centenarios y el murmullo sereno del viento atlántico.

Un refugio de lujo en el corazón gallego

La propiedad incluye una amplia casa principal con varias habitaciones y estancias diáfanas, reformada recientemente con acabados modernos sin perder el sabor rural. Destacan una piscina exterior, un lago artificial y jardines de estilo inglés que refuerzan el carácter bucólico y elegante de la finca. La finca se encuentra en una aldea prácticamente deshabitada, sin iglesia ni bar, lo que ofrece al artista una privacidad absoluta.

«Yo quiero campo», habría dicho el artista, según informaron fuentes cercanas. Julio Iglesias, que durante décadas ha residido en lugares tan exclusivos como Miami o República Dominicana, ahora busca tranquilidad lejos del ruido mediático. Su familia ya ha visitado el lugar, y se espera que pasen allí parte del verano.

Un regreso simbólico: Galicia en el corazón

Más allá de la belleza de la finca, esta decisión tiene un fuerte componente emocional. El padre del cantante, Julio Iglesias Puga, nació en A Peroxa, localidad situada a tan solo 15 kilómetros de Villarino. Esta proximidad ha sido clave en la elección del lugar. “Yo me siento gallego”, ha declarado en más de una ocasión el cantante, que siempre ha mantenido un vínculo afectivo con esta tierra.

Los vecinos de la zona se muestran ilusionados con la noticia. Aunque Villarino cuenta con muy pocos habitantes y no dispone de servicios básicos, el simple hecho de que una figura de talla internacional haya elegido su aldea como hogar veraniego ha reavivado el interés por este rincón del interior gallego.

«Es un lugar que siempre ha sido hermoso, pero ahora quizás otros también lo descubran», dice Carmen, una vecina de Piñor. «Nos sentimos orgullosos y le damos la bienvenida con los brazos abiertos.»

La llegada del cantante podría tener implicaciones más allá de lo personal. Expertos en turismo rural y promoción territorial no descartan que esta adquisición impulse el interés en la comarca, fomentando visitas, inversiones y, eventualmente, mejoras en infraestructuras. Aunque Julio Iglesias busca privacidad, su presencia puede actuar como catalizador para poner en el mapa a Piñor y sus alrededores.

El Ayuntamiento ya ha mostrado su disposición a garantizar la tranquilidad del artista, pero también valora positivamente el impacto potencial. “Es una oportunidad para visibilizar el patrimonio natural y cultural de nuestra zona”, afirmó un representante local.

Mientras tanto, en la aldea, la vida continúa al ritmo pausado de siempre. Los vecinos ya hablan con cariño de «la casa de Julio», conscientes de que, más allá de la celebridad, se trata de alguien que ha elegido su tierra por amor y por raíces. La finca de Villarino no es solo una propiedad de lujo; es un gesto simbólico de regreso, de pertenencia y de búsqueda de lo esencial.