La ciudad de São Paulo se convierte, una vez más, en un punto cardinal del arte contemporáneo mundial gracias a la 36ª Bienal de São Paulo – Not All Travellers Walk Roads / Of Humanity as Practice, que se celebra desde septiembre de 2025 hasta enero de 2026 en el emblemático Pabellón Ciccillo Matarazzo, en pleno Parque Ibirapuera. A lo largo de esta edición, el público es invitado a recorrer un paisaje artístico que fluye como un organismo vivo, en constante diálogo con el presente y sus urgencias.
Un concepto curatorial que trasciende fronteras
La dirección de Bonaventure Soh Bejeng Ndikung, junto a un equipo internacional de cocreadores, propone una reflexión profunda sobre la humanidad como práctica, más que como idea estática. Además, el título de la edición —inspirado en un poema de Conceição Evaristo— subraya que no todos los caminos se recorren con los pies: algunos se transitan desde la memoria, la resistencia o la imaginación.
Esta perspectiva curatorial invita a reconsiderar cómo habitamos el mundo en un momento de cambios acelerados, crisis ambientales y movimientos migratorios que reconfiguran el mapa emocional de las sociedades contemporáneas.
Una exposición que se expande en tiempo y experiencia
Por primera vez, la Bienal extiende su duración cuatro semanas adicionales, un gesto que busca ampliar el acceso y ofrecer al público una experiencia más pausada, profunda y, en definitiva, más humana.
De igual forma, el diseño expositivo abraza la metáfora del agua y de los estuarios. Los espacios fluyen, se bifurcan y se cruzan, permitiendo que cada visitante construya su propio recorrido. No hay rutas definidas: hay encuentros.
Un mosaico global con más de 125 artistas
La Bienal reúne obras de más de 50 países, articuladas en seis capítulos curatoriales que abordan temas como la pertenencia, la interdependencia, la memoria y la emancipación. Así, la muestra despliega un diálogo intercontinental que conecta prácticas artísticas emergentes con trayectorias consolidadas.
Entre instalaciones inmersivas, piezas performativas y propuestas experimentales, la Bienal propone un ecosistema donde disciplinas, contextos y estéticas conviven sin jerarquías.
Un diálogo urgente con el presente
Además de su relevancia artística, la Bienal asume una postura crítica frente a temas globales: desplazamientos forzados, crisis ecológicas, disputas identitarias y nuevas formas de convivencia. En este sentido, se consolida como una plataforma que no solo muestra arte, sino que piensa el mundo desde múltiples voces y geografías.
Impacto cultural y visión de futuro
La 36ª Bienal de São Paulo reafirma el papel de Brasil como uno de los epicentros del arte contemporáneo internacional y, al mismo tiempo, propone una forma más accesible y expansiva de relación con el arte.
Una ambiciosa agenda educativa y una vocación por el encuentro humano, esta edición se posiciona como una de las más influyentes de la década.
