La actriz australiana Margot Robbie vuelve a ocupar el centro de atención mundial, pero no por los motivos habituales. Tras el fenómeno global de Barbie y el nacimiento de su primer hijo, la estrella de Hollywood parece atravesar una etapa de transformación profunda, tanto en lo personal como en lo artístico. Su discurso ha cambiado: ya no se trata de perseguir el próximo éxito comercial, sino de encontrar equilibrio, autenticidad y propósito.
La maternidad como nuevo horizonte
Durante la promoción de A Big Bold Beautiful Journey (2025), Robbie se mostró cercana y emocional al hablar de su reciente maternidad. En una entrevista, confesó que ser madre “es lo mejor” que le ha ocurrido, mientras que su coprotagonista, Colin Farrell, la describió como una mujer “resplandeciente de serenidad y energía”.
El momento más comentado llegó cuando su bebé interrumpió una entrevista, provocando una sonrisa genuina que recorrió las redes sociales. Para una industria obsesionada con la perfección, ese instante natural recordó que la vulnerabilidad también puede ser poder.
Fin del ciclo Barbie
En un gesto que sorprendió a los estudios y a los fans, Robbie declaró que no habrá una secuela inmediata de Barbie. “El proyecto alcanzó su máximo potencial. No hay nada más satisfactorio que eso”, afirmó en Hello! Magazine.
La actriz y productora australiana, lejos de explotar su éxito con secuelas previsibles, decidió cerrar el capítulo de una de las películas más rentables de la historia moderna. Con ello, deja claro que su interés no radica en las franquicias infinitas, sino en obras con sentido y voz propia.
La metamorfosis del icono
La presencia de Robbie en el Festival de Cine de Venecia 2025 confirmó que, incluso fuera de la pantalla, sigue siendo un fenómeno cultural. Su aparición con un vestido transparente recubierto de cristales fue una declaración de estilo y de independencia. Además, Chanel anunció que Robbie será el nuevo rostro de su fragancia más emblemática, Chanel Nº 5, consolidando su lugar como musa moderna del cine y la moda.
Este equilibrio entre arte y glamour, entre espontaneidad y sofisticación, es precisamente lo que define su nueva etapa: una Margot Robbie que ya no busca aprobación, sino dirección.
Proyectos con identidad y ambición
La actriz no se retira, sino que redefine su trayectoria. Su próxima interpretación en Wuthering Heights (2026), dirigida por Emerald Fennell, promete una versión emocionalmente salvaje del clásico romántico. Fennell justificó su elección diciendo que “solo alguien con una energía casi divina como Robbie podía encarnar esa pasión”.
En paralelo, el productor Jerry Bruckheimer confirmó que Robbie sigue vinculada al universo Pirates of the Caribbean, aunque con un enfoque más femenino y autoral. Ella, sin embargo, guarda silencio: una estrategia tan calculada como elocuente.
Una artista que elige cuándo brillar
Lejos de la velocidad de Hollywood, Margot Robbie parece escribir su propio guion. Entre la maternidad, los nuevos proyectos y la negativa a repetir fórmulas, se perfila como una actriz-productora que prioriza la autenticidad sobre la inercia comercial.
Su evolución no es una pausa: es una declaración. Robbie demuestra que el poder de una estrella no radica solo en los reflectores, sino en la capacidad de decidir cuándo encenderlos y cuándo apagarlos.
