Se consagra como uno de los hitos más ambiciosos en la historia reciente del turismo de lujo español. Este exclusivo crucero boutique, operado por la naviera Alma Cruceros, zarpó desde Málaga con la promesa de ofrecer una experiencia única que combina la elegancia de un yate privado con los servicios de un hotel cinco estrellas.
Con capacidad para solo 186 pasajeros, distribuidos en 93 camarotes exteriores (el 85% con balcón), el Ocean Victory marca un antes y un después en los viajes marítimos premium. Cada detalle a bordo fue concebido para un público exigente, que busca autenticidad, excelencia y personalización.
Una experiencia gastronómica sin precedentes
Uno de los mayores atractivos del Ocean Victory sigue siendo su propuesta culinaria. Dirigida por los reconocidos chefs Martín Berasategui y Paolo Casagrande —que suman 15 estrellas Michelin—, la experiencia gastronómica en alta mar rivaliza con los mejores restaurantes del mundo.
A bordo se encuentran cinco espacios gastronómicos, desde cocina española de vanguardia hasta menús degustación internacionales, cada uno con identidad propia. Las materias primas frescas, el cuidado en la presentación y el servicio impecable consolidan este crucero como una referencia en gastronomía flotante.
Diseño innovador y compromiso ambiental
El Ocean Victory también destaca por su arquitectura naval. Su diseño X-Bow (proa invertida) mejora el rendimiento y estabilidad en navegación, lo que se traduce en mayor confort y eficiencia energética. Equipado con motores híbridos eléctricos y sistemas de gestión sostenible del agua, este crucero logra una reducción de consumo del 60% respecto a buques convencionales.
Su interiorismo, elegante y sereno, hace guiños al estilo mediterráneo contemporáneo: materiales nobles, iluminación cálida y zonas comunes pensadas para el descanso, el arte y la contemplación del mar.

Itinerarios únicos y vida a bordo
Los itinerarios del Ocean Victory continúan sorprendiendo con rutas poco convencionales. Navegar por el Guadalquivir hasta Sevilla, atracar en Ceuta o Melilla, y fondear en enclaves como Sanlúcar de Barrameda o la Costa Azul ofrecen una perspectiva diferente del Mediterráneo.
A bordo, la experiencia es igualmente sofisticada: teatro de autor (Embrujo del Alma), música en directo, una piscina infinity con vistas al horizonte, spa con tratamientos de autor y una plataforma marina para deportes acuáticos en calas seleccionadas.
Ha demostrado que es posible redefinir el lujo en alta mar con alma española. Su fusión de arte culinario, diseño consciente y exclusividad experiencial ha marcado un nuevo estándar en la industria. Aunque su travesía ha sido breve, el eco de su propuesta sigue latente entre los viajeros que buscan algo más que un crucero: una vivencia transformadora en movimiento.