En la primera mitad de 2025, Puig, la histórica firma española de belleza y lujo, ha dado un golpe sobre la mesa consolidándose como una de las compañías más influyentes del sector. La empresa con sede en Barcelona registró un incremento del 7,6 % en sus ventas, alcanzando los 2 300 millones de euros en ingresos netos, impulsada por la innovación, la diversificación y el regreso con fuerza del maquillaje premium.
La fragancia “La Bomba”: un fenómeno de ventas
Entre los hitos del semestre destaca el lanzamiento de La Bomba, la nueva fragancia de Carolina Herrera, que ha conquistado mercados internacionales con una propuesta audaz y envolvente. Su éxito confirma la fuerza del segmento de perfumería de lujo, que sigue siendo uno de los pilares estratégicos para Puig. Esta fragancia se posiciona como un producto aspiracional, dirigido a consumidores que buscan personalidad, sofisticación y, al mismo tiempo, una experiencia sensorial única.
El renacimiento del maquillaje: Charlotte Tilbury lidera la tendencia
El dato más significativo proviene de la división de maquillaje, que creció un 10,5 % en el segundo trimestre de 2025. Después de años en los que la pandemia y el auge del cuidado de la piel (skincare) relegaron a un segundo plano el maquillaje, las cifras confirman un regreso sólido del color y la creatividad al ritual de belleza.
Dentro de este segmento, destaca el rendimiento de Charlotte Tilbury, una de las marcas más potentes en el portafolio de Puig. Sus nuevos lanzamientos —como las bases iluminadoras con efecto “piel de porcelana” y las paletas diseñadas para recrear looks de pasarela— han sido clave en este repunte. La firma ha sabido conectar con el consumidor a través de campañas digitales envolventes y colaboraciones con influencers globales, manteniendo un tono aspiracional alineado con la filosofía de lujo moderno.
Estrategia y diversificación
Puig no se limita a la perfumería y el maquillaje; su apuesta por la expansión en skincare y la integración de marcas premium y de nicho refuerza su visión de liderazgo global. Además, la compañía está invirtiendo en innovación digital y en experiencias inmersivas, como boutiques interactivas y plataformas de realidad aumentada, para ofrecer a los clientes una experiencia que va más allá del producto.
El modelo omnicanal de Puig también ha resultado determinante, equilibrando la presencia en tiendas físicas con un robusto ecosistema online, que ha crecido en ventas de doble dígito gracias a la estrategia de social commerce.
Un mercado en transformación
El repunte del maquillaje no es una moda pasajera: responde a una necesidad emocional de expresión y al auge de tendencias como el “power glamour” o la estética glow, que dominan redes sociales y pasarelas. Puig ha sabido capitalizar este movimiento con marcas icónicas y lanzamientos estratégicos, situándose en el centro del nuevo lujo cosmético: inclusivo, innovador y experiencial.
Mirando al futuro
El objetivo de Puig para el cierre de 2025 es superar los 4 500 millones de euros en facturación, manteniendo un crecimiento sostenido en todos los segmentos y reforzando su presencia en mercados clave como Estados Unidos, Asia y Oriente Medio. Todo apunta a que el maquillaje premium no solo ha regresado, sino que se consolida como una de las categorías más dinámicas del lujo contemporáneo.