Baiersbronn, noviembre de 2024
En el corazón del Bosque Negro alemán late un templo de la gastronomía que, lejos de apagarse ante la adversidad, ha sabido renacer con más fuerza. El restaurante Schwarzwaldstube, emblema del hotel Traube Tonbach en Baiersbronn, ha vuelto a ser reconocido como uno de los mejores del planeta al obtener 99,50 puntos sobre 100 en La Liste 2025. Una vez más, la excelencia germana se viste de delantal y se sienta a la mesa del mundo.
Tradición que se convierte en legado
Desde 2017, el chef Torsten Michel ha tomado las riendas de esta casa con un estilo que combina disciplina, emoción y perfeccionismo. Gracias a su trabajo, el restaurante mantiene sus tres estrellas Michelin, convirtiéndose en el más longevo de Alemania con semejante distinción. No es solo un título, sino una herencia cultural que se transmite de generación en generación. Así, Schwarzwaldstube no se limita a cocinar, sino que escribe capítulos de historia gastronómica.
Del fuego a la luz
El incendio de 2020 pudo haber significado el fin de un símbolo. Sin embargo, la resiliencia transformó la tragedia en oportunidad. Durante dos años, la Schwarzwaldstube Temporaire fue un refugio transitorio, hasta que en 2022 el restaurante resurgió en un espacio completamente renovado. Hoy, la luz natural inunda el comedor, la arquitectura contemporánea dialoga con la elegancia clásica y la intimidad del Bosque Negro sigue impregnando cada rincón.
Una cocina que respira territorio
Michel ha sabido reinterpretar la cocina francesa clásica desde la mirada de la Selva Negra, incorporando productos locales y técnicas depuradas que elevan cada plato a una obra de arte. Los menús degustación, con propuestas vegetarianas incluidas, son un ejercicio de equilibrio entre memoria y vanguardia. Así, cada bocado no solo alimenta, sino que cuenta una historia: la del bosque, la de la tierra y la del esfuerzo humano por alcanzar la perfección.
Más que un restaurante, un destino
Visitar Schwarzwaldstube es mucho más que cenar. Es vivir la autenticidad sostenida en el tiempo, descubrir un servicio que roza lo ceremonial y dejarse envolver por una narrativa que convierte a Baiersbronn en un destino gastronómico internacional. Quien cruza sus puertas entiende que el lujo no siempre se mide en ostentación, sino en la capacidad de emocionar a través de la excelencia.