Londres, ciudad que respira cultura y vanguardia, ofrece experiencias donde el arte se une a la cocina. En este contexto, Spring, ubicado en el majestuoso edificio de Somerset House, se ha consolidado como un referente. Ahora bien, lo que hace único a este restaurante no es solo su ubicación, sino también su filosofía culinaria enfocada en la sostenibilidad.
Una transformación arquitectónica con propósito
En primer lugar, Spring ocupa un antiguo salón neoclásico del siglo XIX que estuvo cerrado durante más de 150 años. Tras un complejo proceso de restauración, el espacio renació en 2014 convertido en un comedor elegante, luminoso y sereno. De esta manera, lo histórico y lo contemporáneo se entrelazan en un escenario donde cada detalle está pensado para transmitir armonía.
La visión de Skye Gyngell
Por otra parte, al frente del proyecto se encuentra Skye Gyngell, chef australiana reconocida por su enfoque natural y honesto de la cocina. Gracias a su liderazgo, Spring se convirtió en el primer restaurante de Reino Unido en eliminar por completo el plástico de un solo uso en 2019. Además, introdujo el innovador menú “Scratch”, que aprovecha ingredientes destinados al desperdicio para transformarlos en creaciones llenas de sabor.
Gastronomía estacional y sostenible
En consecuencia, los menús de Spring giran en torno a los productos de temporada, muchos de ellos provenientes de la granja biodinámica Fern Verrow. Esto asegura frescura y calidad en cada plato. Entre sus propuestas se encuentran:
- Menú “Scratch”: opción pre-teatro que convierte restos de pan o frutas en postres sorprendentes.
- Menú estacional diario: recetas modernas como sirloin con achicoria o panna cotta de cítricos.
- Opciones vegetarianas y veganas: alternativas inclusivas que mantienen la misma creatividad.
De este modo, Spring se adapta tanto a quienes buscan una experiencia gastronómica de alto nivel como a quienes desean opciones más accesibles.
Una atmósfera artística
Asimismo, el restaurante sorprende con un ambiente que invita a la calma. Con techos altos, columnas imponentes y ventanales que inundan el espacio de luz natural, el comedor transmite sofisticación. A esto se suma una obra de arte contemporáneo: un mural compuesto por más de 3 000 pétalos de porcelana de la artista Valeria Nascimento, que refuerza la conexión entre cocina y arte.
Un referente de la nueva gastronomía londinense
Finalmente, Spring no es simplemente un restaurante dentro de un museo: es un ejemplo de cómo la gastronomía puede ser sostenible, innovadora y, al mismo tiempo, profundamente estética. Al unir historia, arte y compromiso medioambiental, este espacio confirma que la experiencia culinaria en Londres puede ser tan transformadora como una obra de arte.